El ayamontino barrio de la Villa volvió a vivir sus tradicionales fiestas en honor de Nuestro Señor y Salvador en un fin de semana cargado de actividades.
Con una plaza del Salvador llena de vida, se ha desarrollado con normalidad estas fiestas que entre los bailes más populares y el tradicional ponche llenaron de felicidad las calles más añejas del municipio.
En la jornada del sábado se llevó a cabo la tradicional carrera de burros que se desarrolló tras la ofrenda floral a la imagen del Señor.
El broche de oro a las fiestas lo puso la procesión que acompañada de la agrupación musical Cristo de la buena Muerte cerraba las puertas del perdón de la parroquia hasta el próximo mes de agosto.
