Con la vuelta a su ermita de la Virgen de Consolación en Cartaya, se ha puesto fin a unos días especiales y emotivos entorno a una de las grandes devociones del municipio.
La Virgen, que ha permanecido varias semanas en la parroquia de San Pedro para la celebración de sus cultos, volvía entre una gran muchedumbre a su casa, la entrañable ermita que la custodia durante todo el año hasta llegados los días du su bajada.
Con la subasta de las maniguetas y emotivos sentimientos encontrados, la Sagrada imagen era de nuevo ubicada en su lugar de descanso sonde recibiera la visita de cinetos de personas durante el año.
Cartaya de nuevo cuenta los días para encontrarse con esta centenaria devoción, que protege y cuida de toda la Villa.