Pasadas las dos y media de la tarde de este domingo regresaba a su santuario la Virgen de la Peña en medio de continuos vivas y cánticos después de la procesión, que se inició una vez acabada la solemne función eucarística.
Un año más, el Cerro del Águila fue punto de peregrinación para miles de personas llegadas no solo desde Puebla de Guzmán sino desde cualquier parte del Andévalo y del resto de la provincia.
Como marca la tradición, la procesión fue precedida por la ‘Danza de las espadas’, danza ritual que se transmite de padres a hijos y que constituye una de las señas de identidad de esta romería.
Junto a la representantes de la Hermandad Matriz, también formaron parte de la comitiva quienes forman parte de las filiales llegadas desde Madrid y Huelva.
Junto a ellos, el alcalde de la localidad puebleña, Antonio Beltrán, quien destacó el enorme fervor mariano con que la localidad vive esta romería y que, sobre todo, se pone de manifiesto en momentos como los que conforman la procesión o la recogida de la Virgen.