San Isidro ya se encuentra en su ermita del recinto romero que lleva su nombre en Gibraleón. Poco después de las doce de la mañana del sábado se iniciaba el traslado de la imagen desde la capilla del pueblo, en medio de cohetes y repique de campanas que anunciaban su salida.
Rodeado de numerosos vecinos y con el toque de la flauta y el tamboril, el Patrón de los labradores recorrió su itinerario habitual haciendo paradas en las iglesias de Santiago y El Carmen, tras lo que inició el camino que le llevaría hasta su ermita.
Allí permanecerá hasta que se acerque la romería, que tendrá lugar a finales de abril, que será cuando sea llevado de nuevo al pueblo.
Acompañando a San Isidro, las integrantes de la peña Arcandora, que ya ejercen como hermanas mayores.
Tampoco quiso faltar a la cita la alcaldesa de la localidad, Lourdes Martín, quien elogió a las hermanas mayores y dijo que eran “el mejor ejemplo” de lo que es el compromiso de la población con sus tradiciones.
También el párroco y director espiritual de la Hermandad de San Isidro, actualmente en manos de una gestora, Antonio Cepeda, estuvo presente en el esperado traslado.
Uno de los varales de la carreta de San Isidro lucía en este caso un crespón negro en señal de recuerdo del que fuera párroco de la localidad durante 40 años, Diego Suárez Mora, que fue precisamente el fundador de esta hermandad y que falleció hace tan solo unas semanas.
