La anunciada apertura del primer centro de internamiento de menores infractores de la provincia, que estará ubicado en las instalaciones del salón de celebraciones El Paraíso de la Dehesa, en Aljaraque, ha provocado cierta intranquilidad en su entorno. En especial entre los padres de alumnos de un colegio privado y de una guardería situados en la zona.
Tanto es así que no se descartan posibles movilizaciones, según ha podido saber esta Redacción, aunque por el momento no hay nada decidido al respecto.
Este centro permitirá que los adolescentes condenados por el juez de menores de Huelva por cometer algún delito no tengan que desplazarse hasta Sevilla o Cádiz, al igual que sus familias, para las correspondientes visitas.
Según se ha conocido hoy, la Junta de Andalucía ha adjudicado a Meridianos, organización sin ánimo de lucro, la gestión del citado centro, que comenzará a funcionar a partir del próximo mes de enero de 2016. Dicha concesión tendrá vigencia del 1 de enero de 2016 a 2019, prorrogable dos años.
En declaraciones a Europa Press, el delegado de la Junta en Huelva, Francisco José Romero, ha explicado que la adjudicación definitiva se realizó este jueves y la citada entidad se hizo con la misma, sobre todo por el proyecto educativo presentado.
Ha remarcado que el centro se pondrá en marcha con un total de 20 plazas, de manera que será «el primer centro en la provincia y Huelva dejará de ser la única provincia que quedaba por tener un centro de estas características».
El centro se ubicará en las instalaciones de El Paraíso de la Dehesa, debido a que éste fue cerrado tras ser embargado a sus antiguos propietarios.
En su web, Meridianos, con sedes en Sevilla, Valencia y Madrid, se presenta como “especialistas en la gestión de centros de internamiento para menores infractores, que permiten el cumplimiento de medidas judiciales privativas de libertad a la vez que se proyecta al joven hacia un nuevo futuro a través de su reeducación”.
Y añade que “nuestro programa básico de intervención para medidas privativas de libertad responde tanto a la exigencia sancionadora de la ley del menor como a su vertiente educativa de inserción e integración en la sociedad”.
La ubicación de un centro de menores infractores provoca intranquilidad
