Al final no hubo sorpresas en el Grupo Parlamentario Socialista y todos dieron su ‘sí’ al candidato a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, pese a que muchos de ellos han comentado en voz baja, a los suyos, que no comparten las exigencias de los independentistas -entre ellas la amnistía y la autodeterminación para Cataluña y País Vasco- y que no están de acuerdo con los pactos de su partido.
Pero no han roto la disciplina de voto y han sido «cómplices», según se critica en las redes sociales, de la «venta de España».
Uno de los diputados que no ha dudado en apoyar la investidura de su ‘jefe’ ha sido el onubense Gabriel Cruz, a quien recientemente, el portavoz del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Huelva, Felipe Arias, pidió que «por coherencia, por lealtad a los ciudadanos que le han votado, impida ese pacto de la vergüenza y vote contra el chantaje y contra el abuso de los independentista catalanes».
Arias pidió a Cruz que «vote a favor de Huelva, de las infraestructuras y del desarrollo de esta ciudad para impedir que los onubenses nos convirtamos en ciudadanos de segunda».
Por su lado, Ciudadanos de Huelva ha censurado que tanto Cruz como María Luisa Faneca, la otra diputada onubense en el Congreso, «priorizasen los intereses del PSOE a los de su propia tierra, al avalar una investidura marcada por una hoja de ruta en la que Huelva, y Andalucía en particular, van a tener un nulo protagonismo en cuanto a inversiones e infraestructuras».
Por ello, Cs ha invitado al ex alcalde de Huelva a «romper su silencio y explicar las consecuencias que tendrá para su tierra la nueva legislatura de Pedro Sánchez».
