El fin del confinamiento y la llegada de la época estival no ha ayudado tanto como pensaban a los puestos en el mercado de abastos del municipio lepero. La falta de clientela ha provocado que los números, que ya en verano suelen ser malos, hayan sido peor aún, en especial por la falta de clientela que ha tenido miedo al contagio y ha preferido no acudir a mercados como éste.
Además, el turismo no ha sido mayor que otros años, todo lo contrario y uniendo a esto, la salida de muchos leperos a la zona de playas, el mercado ha echado en falta a esos clientes habituales que mantienen los negocios.
Una reducción en ventas que esperan que se pueda revertir con la llegada de septiembre y con nuevas formas de combatir el virus, así la gente podría ir a comprar sin miedo y los puestos volver a esas ventas que necesitan para seguir existiendo.