El caqui, tan presente en los campos de cultivo de toda la provincia de Huelva se ha convertido en los últimos años en uno de los principales aliados de la sobremesa en los meses de otoño.
Su color anaranjado y su dulzor, ha hecho que esta fruta sea una de las preferidas para acabar un buen almuerzo durante los meses donde la inestabilidad del tiempo y el frio, comienza a hacer gala de presencia.
De origen japonés y también chino, el caqui destaca por su contenido en betacaroteno o provitamina A, esencial para el buen estado de los huesos, la piel y el cabello. Además entre sus propiedades destacan el correcto funcionamiento del sistema inmunológico y tiene también un alto contenido en Vitamina C lo que hace del caqui una fruta esencial para afrontar con éxito los inoportunos catarros propios de esta época del año.
Y es que este fruta tan rica en propiedades cuenta con una historia muy singular ya que existe una leyenda japonesa que cuenta cómo la planta del caqui surgió de una grieta que se produjo por la caída de un gigante tras ser derrotado por un samurái.
Aunque principalmente es consumida como una fruta fresca bien madura, el caqui que pertenece al género Diospyros y que en griego significa “fuego divino” debido a su color rojizo, ha conseguido hacerse un hueco en la cocina de casa, estando presente en diversos pasteles, ensaladas y mermeladas.