La enfermería del San Roque puede quedarse vacía entre esta semana y la próxima. Sus dos únicos inquilinos en la actualidad, el centrocampista Vicente Moscardó y el extremo Urko Arroyo, están en la última parte de sus recuperaciones y los médicos son a día de hoy optimistas con respecto al regreso en breve a la competición de ambos.
Arroyo está a un paso de superar una rotura fibrilar en el abductor de su pierna izquierda y tiene incluso alguna posibilidad de jugar este mismo sábado contra el Cacereño. El jugador vasco, no obstante, se ha vuelto a quedar hoy al margen del grupo, con precauciones, a pesar de que en los días anteriores había intensificado su ritmo de trabajo con carrera continua.
El punta vizcaíno se lesionó en el último minuto del partido jugado por el San Roque en Jaén. Entonces, los especialistas calcularon que tendría que estar tres semanas inactivo por la dolencia, tras descartar una lesión de más envergadura y un plazo de recuperación de mes y medio temidos en un primer momento. Finalmente, Urko Arroyo lleva más de un mes lesionado.
Morcardó, por su parte, cuenta ya dos meses sin tocar balón. El capitán del conjunto lepero, no obstante, ha respondido con satisfacción al segundo tratamiento recetado por los médicos y ve la luz al final del túnel en el que admite encontrarse. Los problemas en la planta del pie le han dado muchos dolores de cabeza, por la afección de un nervio que le ha impedido durante semanas, incluso, calzarse las botas. El centrocampista ha avanzado en su recuperación en la última semana y sueña con estar disponible para Luis García Tevenet la próxima semana. No juega un partido desde el pasado 8 de enero, ya que se lesionó en Lorca cuando afrontaba la primera jornada del año.
