El viernes, 31 de agosto, acaba el plazo para que los inversores ingleses propietarios del San Roque hasta el pasado 30 de junio puedan recuperar el control de la entidad aurinegra. Los empresarios británicos están en disposición de recuperar la mayoría de las acciones si abonan los 150.000 que canalizó el Ayuntamiento de Lepe para pagar la deuda a los jugadores de la pasada temporada y salvar así al equipo del descenso a Tercera División y, presumiblemente, al club de la desaparición.
Desde entonces, apenas ha habido noticias de los ingleses en el Consistorio lepero, a pesar de que, en cualquier caso, conservan más del 30 por ciento de los títulos. Este hecho provoca que tanto el actual presidente del San Roque, Rafael Mendoza, como los responsables municipales crean que no se van a producir movimientos en las próximas horas, aunque no dan nada por hecho hasta el sábado.
En el actual consejo de administración de San Roque conviven dirigentes nombrados por los británicos y mandatarios resultantes de la última recomposición de la entidad, la mayoría empresarios que afrontaron el pago necesario a través del Ayuntamiento hace dos meses. En estas circunstancias, no está claro el futuro de Emilio Romero, Juan Adolfo Arangüete y Alejandro Ceballos, hombres de confianza del anterior máximo accionista.
El proyecto actual, de momento, está basado en la masa social y no en una inversión privada, como en los dos ejercicios anteriores. La última cifra oficial es de 720 abonados y al cierre de esta edición se espera expedir algunos carnés más. Con el modelo actual de gestión se necesita un mínimo de 300 carnés más, aunque el San Roque aspira a acercarse a la cifra del pasado año -1.800- si los resultados y el juego acompañan.