El San Roque está ya metido de lleno en el mercado de invierno. Los últimos acontecimientos obligan al club lepero a buscar soluciones para la plantilla, desequilibrada por algunas posiciones y con necesidades imperiosas por falta de nivel en otras. La Dirección Deportiva y el resto de dirigentes trabajan ya a destajo en la remodelación parcial del equipo.
Los laterales son las demarcaciones con más urgencias, como quedó demostrado en el último encuentro. Mustafá, en teoría un centrocampista de banda derecha, tuvo que actuar de lateral izquierdo en Cáceres. Richi estaba lesionado y, horas antes, Sebas decidió dejar la disciplina sanroquista por falta de oportunidades. El defensa del Recreativo de Huelva B Tomás Girón es una de las alternativas para este puesto, aunque el club prefiere agotar antes otras posibilidades.
La del lateral izquierdo no es la única carencia en la zaga. Lulu es el único lateral derecho del San Roque desde que comenzó la temporada. Sus ausencias han sido cubiertas por el mediocentro Boateng.
Además, el equipo de Manolo Zúñiga tiene serios problemas con su seguridad defensiva. Solo un rival del grupo IV de Segunda B, el Betis B, ha encajado más de 27 goles, la cifra que registran los aurinegros. Por esta razón, los técnicos también quieren elevar el nivel en la destrucción. De esta forma, también se requiere la llegada de un pivote para que sea una alternativa a Fatau por delante de la defensa.
Antes de fichar, no obstante, la entidad que preside Rafael Mendoza tiene que salvar obstáculos económicos y legales. Las deudas con jugadores de la temporada pasada puede ser un impedimento en la Federación Española. Y el bajo presupuesto es un escollo para reforzar el conjunto lepero, por lo que la cesión vuelve a ser un recurso imprescindible para incorporar a entre tres y cuatro jugadores.
