El presidente del Recreativo, Benjamín Naranjo, ha amagado esta mañana con dejar el cargo que desempeñaba desde julio y en el que ha sido confirmado oficialmente en la junta general de accionistas. Durante el encuentro desarrollado en el Nuevo Colombino, Naranjo anunció su deseo de marcharse.
«Tomé la decisión de no seguir porque no le veía futuro a esto. Después me han hecho recapacitar», ha declarado el dirigente albiazul, quien ha explicado: «Me niego ser el presidente con el que se hundió el Recreativo. Tengo que hablar con el Ayuntamiento urgentemente. Si el segundo máximo accionista no me demuestra que hay fiabilidad, no seguiré».
Precisamente, el concejal de Deportes, Antonio Ramos, declaró este martes en la Cope que el objetivo prioritario del equipo de Gobierno es «conocer la situación exacta del club». La pelota va de un lado a otro con un alto grado de incertidumbre. «Esto se va a pique si los máximos accionistas no se unen», ha avisado Naranjo, quien ha asegurado que «no hay nadie que se quiera hacer cargo del club».
En la junta de accionistas ha trascendido que la deuda de la entidad asciende a 14.540.000 millones de euros al restar al montante total lo que debe de ingresar.
El consejero y portavoz Antonio Martín insiste en la existencia de un grupo inversor propietario del 70 por ciento de las acciones de Gildoy España, que a su vez posee el 76 por ciento de las acciones del Recre. Pablo Comas mantiene el 30 por ciento de la parte de Gildoy. «Si los inversores no cumplen con sus objetivos, se irán», ha aseverado Martín, que da por hecho que han puesto «dos millones de euros».
El Decano también ha informado de que se ha admitido a trámite la solicitud de que el Recreativo sea declarado Bien de Interés Cultural.
