El auditorio del centro cultural Casa Grande acogió la presentación ante la Comunidad Educativa y el público en general del proyecto “Viviendo con mi Dragón”, una iniciativa de las hermanas María José y Reyes Morillo Hidalgo, madre y tía, respectivamente, de dos adolescentes afectados por una extraña enfermedad mitocondrial de la que sólo existen seis casos en el mundo.
El proyecto, avalado por la “Fundación Antonio Guerrero”, tiene como objetivo sensibilizar y tratar de normalizar la diversidad en el entorno escolar, y centrado, principalmente, en el primer y segundo ciclo de educación infantil. El presidente de la Fundación solidaria, Antonio Guerrero, destacó que, actualmente, «la Consejería de Educación está trabajando para darle la calificación de que el contenido del cuento es realmente pedagógico».
El acto contó con la asistencia, además, de María José y Reyes Morillo, autora e ilustradora de la obra respectivamente; y de la técnica de Educación en el Ayuntamiento de la localidad costera, Raquel Moura, quien actuó como presentadora del mismo.
La concejala de Educación, Remedios Sánchez, señaló “la necesidad de normalizar la diversidad y de seguir trabajando para, entre todos, lograr hacer realidad un derecho fundamental como la inclusión e integración de los alumnos con necesidades especiales en el entorno escolar”. Asimismo, agradeció a los promotores de esta iniciativa la elección de Ayamonte para la presentación del proyecto.
“Viviendo con mi Dragón” es un cuento muy gráfico que usa un vocabulario sencillo para los más pequeños y que se acompaña de una guía didáctica de 43 páginas, con gran rigor pedagógico, metódico y educativo, que se puede descargar de manera gratuita en la página web de la Fundación Antonio Guerrero, que ofrece, asimismo, un enlace para los interesados en adquirir el cuento. El libro se oferta al precio de diez euros, y está destinado a la financiación de proyectos de investigación de enfermedades de origen mitocondrial.
Ambas publicaciones están diseñadas para ayudar a padres y profesores en su tarea de educar a los más pequeños en el respeto a la diversidad y lograr la máxima inclusión del niño con trastornos en su desarrollo en el contexto social y escolar. Todo ello desde una óptica integradora emocional.