El PSOE de Almonte parece haber optado por la estrategia del «enfrentamiento sistemático» en lugar de la responsabilidad política. Cualquier excusa, por insignificante que sea, es utilizada como ariete para torpedear la gestión del actual equipo de gobierno, aunque ello suponga dañar los intereses del propio municipio. El último ejemplo ha sido la instrumentalización de un «error humano» en una votación plenaria, según han señalado a El Avispero fuentes municipales.
Un «hecho menor», sin consecuencias relevantes para la gestión municipal, ha sido sobredimensionado por el grupo socialista con un objetivo claro: erosionar la estabilidad institucional.
Nos referimos al escrito de impugnación de dicho partido contra el acuerdo del pleno del pasado mes de abril referente a la propuesta del equipo de Gobierno del contrato de concesión del servicio de gestión de la zona azul en Matalascañas.
Y es que, en lugar de contribuir con propuestas, el PSOE se desmarca de su papel como fuerza de oposición responsable y se alinea con grupos minoritarios y residuales como los no adscritos o Mesa de Convergencia, en una «deriva demagógica» que solo debilita a Almonte, según han señalado fuentes municipales.
Hoy, el PSOE almonteño que años atrás llegó a tener 14 escaños en el Consistorio almonteño, se ha desmoronado: tan solo tres concejales defienden las siglas socialistas, reflejo de un partido deshecho, sin proyecto y sin rumbo.
Y es que, con esta actitud, lejos de recuperar la confianza ciudadana, continúa cavando su propia fosa política. Almonte necesita diálogo, gestión eficaz y altura de miras.
Mientras tanto, dicho asunto de la zona azul será llevado a pleno el próximo 23 de mayo para su posible aprobación.