El detenido y autor confeso del asesinato de Laura Luelmo estuvo vigilado en todo momento por la Guardia Civil después de que la joven desapareciera el miércoles 12 de diciembre. Así, los agentes, lo identificaron el mismo jueves, día siguiente a la desaparición de la joven y creen que la retención se produjo entre las 17.20 horas y las 18.10 de la tarde, momento en el que ella volvía de realizar la compra en el supermercado. Además, los investigadores creen que a falta de los datos definitivos de la autopsia, Laura murió la misma noche de su desaparición por la posición del cuerpo cuando la encontraron, por el lugar en el que aparece y por los testimonios «es lo más probable».
Así lo han puesto de manifiesto el coronel jefe de la Comandancia de Huelva, Ezequiel Romero y el teniente coronel de la UCO, Jesús García Fustel. Romero ha indicado que tras su identificación y conocer los antecedentes del detenido, los agentes se apostaron en la casa de Laura Luelmo a fin de que nadie pasara y para vigilar al sospechoso por los movimientos que pudiera realizar, a la vez que se le tenía controlado en todo momento, incluyendo una patrulla de seguimiento, pero ha declarado que «los indicios que teníamos contra él eran nulos a pesar de las sospechas por sus antecedentes».
La hipótesis de los hechos que maneja la Guardia Civil es que Laura estuvo poco tiempo en casa de Montoya y que, tras golpearla contra el suelo al propinarle ella una patada en las costillas, la introdujo en el maletero y la dejó donde la encontraron, abusando de ella en ese lugar y volviendo a su casa con el móvil de la joven. Se sabe que Laura se defendió por la declaración de Montoya y porque el viernes estuvo en el centro de salud de Cortegana aquejado de un dolor en las costillas, lugar en el que la profesora le habría propinado una patada que provocó el enfado del detenido y por lo que finalmente le golpeó la cabeza contra el suelo.
La fecha de la muerte de Laura
Respecto a la fecha exacta del fallecimiento de Laura, la Guardia Civil ha declarado que hasta que no se termine del todo la autopsia no se puede saber en qué momento murió, aunque sí han asegurado que «por la forma en la que encontraron el cuerpo Laura no sufrió, no estaba consciente» y lo creen así porque no había indicios de que la joven hubiera intentado moverse ya que no había rastro de movimiento en el lugar. De momento, la autopsia ha fijado la fecha de la muerte de la joven entre los días 14 y 15, después de que desapareciera el 12.
Además, han asegurado que, en el momento en el que lo que se investigaba era la desaparición de la joven no había indicios con «carga probatoria» contra Montoya. Según han dicho, habría sido posible hacer un registro voluntario, pero tenían que «valorar bien» lo que hacían. «Y si la tuviera en otro sitio, ¿el que pusiéramos el foco podría haberla puesto en peligro?», se ha preguntado el teniente coronel de la Unidad Central Operativa (UCO) Jesús García.
Búsqueda del cuerpo
La Guardia Civil ha indicado, además, que la zona en la que se encontró el cuerpo de Laura fue batida anteriormente al día en el que fue hallado, pero que «por la zona, con las jaras de un metro de altura, apenas podía verse hasta que no te acercabas a un metro y medio de distancia», ha indicado el coronel jefe de la Comandancia de Huelva, Ezequiel Romero, que ha apuntado que «fuimos ampliando la zona de búsqueda conforme pasaban los días».