En una calurosa tarde de sábado, la Virgen de la Esperanza, patrona de La redondela, salía ataviada de pastora hasta los pinares del recinto romero.
Con una amplia comitiva de peregrinos, partía de su Parroquia en el pueblo hasta la Ermita para disfrutar de un intenso fin de semana junto a la playa.
Como es tradicional, la Virgen, portada en carreta de madera y tirada por bueyes, se adentró en la playa pisando las rudas de la misma la orilla del mar, estampa única y emotiva que se acompañó de una Salve.
Una vez llegada a la Ermita, se realizó la puja del Pendón y se dio comienzo a una festiva y alegre jornada entre pinares y salitre.