Varias familias de la provincia quieren sanar una ‘herida’ familiar que les viene persiguiendo muchos años. María Francisca se enteró que no era hija de sus padres antes de que falleciera.
Ahora busca a sus verdaderos progenitores y a una supuesta hermana que guarda mucho parecido: quiere saber si están entre los restos que se están exhumando en el Cementerio de la Soledad, en la capital.
Por otro lado, Rosario Dolores es una madre que quiere descubrir si su hijo recién nacido murió un 6 de abril de 1990, tal y como le contaron en el centro donde dio luz. Estando ingresada, su marido lo vio y lo enterró. Asegura que en el cementerio le informaron que su hijo quedó enterrado cuatro días después de su supuesta muerte.
Son solo dos ejemplos de las muchas familias que buscan estar más cerca de la verdad. La Universidad de Granada (entidad pública que trabaja en la zona) está llevando a cabo pruebas genéticas a las familias que lo están solicitando.