El pasado domingo fallecía la Hermana María Maya en la India, lugar donde ha desempeñado la mayor parte de su labor caritativa ayudando y acompañando a las personas más pobres durante más de 60 años de servicio en el país asiático.
María Maya pertenecía a la congregación de Hermanas de la Caridad de Santa Ana, cuya fundadora y Superiora era la Madre María Rafols, con sede en Zaragoza.
Su labor se ha centrado, en mayor parte, en la ayuda a niñas indias. En la India, cuando las familias pobres deciden casarse y dar la dote, supone un gran coste económico que no pueden soportar. Muchas niñas eran abandonadas en las puertas de los dispensarios al no poder hacerse cargo de la dote.
Además, la labor de la Hermana María Maya continuaba con la dignificación, apoyo y acompañamiento de las niñas. Muchas de las menores indias abandonadas eran traídas hasta España en busca de un mejor futuro con mayores oportunidades a través de la adopción legal.
En su Trigueros natal, una de las más destacadas labores fue la donación de un nuevo traje para el patrón San Antonio Abad en el año 2016. María Maya lo confeccionó junto a personas nativas del país, bordado en su totalidad en hilo blanco. El traje lo ha vestido el patrón de Trigueros varias veces durante el año en su estancia en la Ermita de San Antonio Abad, y se puede visitar en la Tienda-Museo de San Antonio Abad.
María, muy querida en el país asiático, ha sido despedida con honores tras su fallecimiento. Una lona con flores y coronas acompañaban en un altar al féretro con la difunta monja triguereña. A la entrada, otra lona era desplegada con imágenes de María Maya durante sus años de labor caritativa y una imagen de Jesús junto a niños.
La noticia de su fallecimiento ha causado un gran impacto en los habitantes de la India, quienes la consideran una madre y amiga. En su último adiós, los habitantes de la India le rindieron homenaje en una emotiva ceremonia. El altar, adornado con flores y rodeado de amigos, fue testigo de la despedida a una mujer cuya vida estuvo marcada por la bondad, la humildad y el amor incondicional hacia los demás.
El pueblo de Trigueros también llora su partida, pero se enorgullece de haber dado al mundo una persona tan excepcional. María Maya vivió para dar, y su ejemplo continuará iluminando el camino de muchos, tanto en la India como en su querido pueblo natal.